Tenía como seis años cuando leí un libro por mi cuenta, recuerdo era de pasta azul, era un libro acerca de la familia, con imágenes pintadas como de acuarela, algunas hojas ya rotas por lo años que tenía. Nunca supe de quién había sido, hoy en dia ya no existe, o por lo menos no está en mi posesión o en la casa donde yo viví de niña. No recuerdo su nombre, tampoco lo que decía realmente el libro, pero sé que fue el primero, recuerdo su olor, su textura, y lo mucho que amé leerlo. Sé que hablaba acerca de la familia porque recuerdo como me hacía pensar en mi mamá y papá. Las imágenes eran de familias felices, del amor que los padres sienten con los hijos, de cómo luce el amor sincero.
En mi familia, solo mi papá y yo tenemos el gusto de la lectura, más bien creo que gracias a él me gusta leer. Siempre que llegaba a visitarnos, tenía un libro en la mano a la hora de ir a dormir, muchas veces me quede escuchándolo leer. Recuerdo que algunos libros de antes traían noticias en ellos, y recuerdo una acerca de ovnis que en ese entonces había interesado a muchas personas. No recuerdo que mi papá me leyera esas noticias que salían siempre al final, pero él siempre dejaba los libros y yo los leía luego de su partida.
Así empezó mi gusto a la lectura, luego, como ya había mencionado en el escrito anterior, leía libros de la escuela, de ciencia y la de la naturaleza. Mi primera novela fue “Luz Negra – Alvaro Menen Desleal”, está guardada junto a todos los libros que tengo. Al pasar los años mi gusto a la lectura creció aún más, recuerdo que luego de eso, muchas de las obras que leí fueron gracias a las que mi hermana le tocaba leer en el colegio, despues que ella terminaba con el libro, era yo quien me «apoderaba» de él para saber de qué iba a tratar la historia.
Hoy en dia, los libros son uno de mis refugios. Amo leer y encontrar mis deseos y mis problemas en los libros. Aunque para ser sincera, llevo mucho tiempo de no poder terminarlos completamente. El último que terminé fue «El Caballero de la Armadura Oxidada – Robert Fisher». Muchas cosas han sufrido cambios, pero cuando busco el tiempo para leer, y que me escuche leer, mi todo se teletransporta a veintiún años atrás, acostada en el piso leyendo un libro de pasta azul con imágenes con acuarela.

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