Vida en Slow Motion

Un escrito, una pausa en el basto mundo mental de mi vida.

El proceso de cambios en la vida: ¿Es elección o consecuencia?

¿Alguna vez se han preguntado cómo se forman los cambios? Muchas veces tenemos estás dudas existenciales que nos ponen a dar vuelta en nuestra mente. Me puse a pensar todo lo que cambiamos a lo largo de los años, tanto física como mentalmente. Siempre digo que a pesar de estar aún en los 20s, mi yo a los 23 no es la misma a mi yo de 27 años. Mucho menos mi yo de 17 a mi yo después de 10 años hoy en día.

Me he dado cuenta que desde hace un año, empecé a hacer cambios y muchos de ellos han sido decisiones mías, coherentes y pensadas por un propósito a futuro. Por ejemplo, decidí empezar una rutina de skin-care para cuidar mi piel. Decidí ir al gimnasio porque quiero bajar de peso; decidí ir con un nutriólogo porque quiero mejorar mi alimentación. Y no fueron decisiones de la noche a la mañana, hoy en día aún estoy luchando para poder mantenerlas y seguir adelante con ellas. Me fui dando cuenta que mí yo de 26 años posponía lo que su yo imaginario quería, y que no se iba a hacer realidad pasando acostada sin hacer algo. También tuve ayuda para darme cuenta de ello, pero eso es otra historía.

A lo que me refiero es que estás son decisiones que las elegí un día, después de darme cuenta que tenía que hacer algo yo, ¿pero qué pasa con los cambios que no se eligen? Siempre he escuchado que la culpa es de la experiencia, todo lo que vives te transforma poco a poco. No sé ustedes, las personas siempre cuentan malas experiencias, que es lo que los hizo ser mejores. ¿Será esto cierto?, se necesitan malas experiencias para hacer cambios buenos, para madurar y ser seres conscientes de nuestros actos, ¿o se pude elegir cambiar así como un día decidimos dejar de comer comida chatarra?

Recuerdo que en mis años de adolescente, incluso algunos entrando a mi etapa adulta no me gustaba tomar café. Mi hermana era quien siempre lo preparaba porque ella siempre amó el café, lo dejaba mas fuerte que el mío, pero aún asi no era placentero tomarlo, hoy en día, la mayoría de mis mañanas empiezan con un café. Inclusive hoy en día, simboliza una foto de una taza de café para que sepa que pienso en él. ¿Cuándo cambiaron estos gustos, es esto parte de ser adultos? ¿El café, los gustos, los cambios?

Lo que estuvo en mi cabeza fue, hay razones que podamos contar, que digamos, está es la razón, por eso cambié. Hoy en día, en mi relación, hemos tenido ciertos problemas de adaptación de convivencia, lo hablamos y concluimos que hay que hacer cambios, y saben, nos ha venido muy bien. Pero eso ha sido una decisión nuestra, ¿es así cómo se dan los demás cambios?, será que al pasar el tiempo los olvidamos y solo dejamos la razón a que asi fue.

Siempre he dicho que estamos cambiando constantemente, hoy me lo dijo mi papá, en otras palabras, pero lo comprendí, «somos seres pensantes» esto es lo que nos hace estar en un cambio constante. A lado de eso creo podemos incluir las emociones y los sucesos. Los sucesos nos hacen sentir, nos hacen pensar, hasta de forma inconsciente. ¿O acaso un día nos encontramos viendo nuestro alrededor dandonos cuenta que eso que nos rodea no es lo que queremos?

Mi papá también agregó que es Dios quien cambia tu mente para que seas mejor persona, ¿pero podemos dejarle todo a Dios?, ¿entonces a dónde queda nuestro libre albedrío de decidir cambiar o no? ¿Es también eso tan usado «tocar fondo» la clave del cambio?, ¿Qué pasa cuando la experiencia no es desagradable, y haces cambios buenos a causa de eso?, ¿Entonces a qué se basa?

Hoy estaba escuchando una historia acerca de un hombre al cual lo sepultaron aún estando vivo, era de ese entonces donde dejaban una campana en la tumba por si eso pasaba, jalaban la cuerda y así podían escucharla y sacar a las personas de ahí. Según el hombre dijo que había «renacido» que era otra persona y después de eso miraba la vida diferente, pero quien no, después de haberte sepultado vivo. ¿Han pensado todas las experiencias que vivimos?, y no hablo de tales tan drásticas, sino las de todos los días, cada una de ellas alimenta nuestro cambio constante. No sabes si lo que hoy estás repitiendo o algo que se está volviendo constante, el día de mañana traerá el cambio más grande en tu vida. Pero piensa, ¿será un cambio que favorecerá a tu persona, o será un cambio del cual nos estaremos lamentando?


Descubre más desde Vida en Slow Motion

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario

Descubre más desde Vida en Slow Motion

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo